jueves, junio 24, 2010

Canta para mi...

No comprendo porque es necesario sentirse amado o necesitado por otro es signo de felicidad o peor aun… de confianza... dicen que quizá no me importe mucho lo que la gente piense de mi… quizá en parte… porque al madurar me e dado cuenta que no soy perfecta… pero me amo así tal cual…

Siento que a pesar de amar,.. No es necesario que la otra persona sienta lo mismo que yo… ya que su felicidad me de alegría y llena mi corazón… y aunque algunos no entiendan eso… cuando realmente lo hagan… sentirán tranquilidad en sus espíritus…

Se que hay días de frustraciones y penas… en los cuales quisiera entregar tanto de mi… y la impotencia es algo que al final se desborda en diferentes formas… quizá lagrimas… o pensamientos pesimistas… pero trato que esos lapsos sean lo mas corto posible…

Suena en mi cabeza letras de canciones que me hacen sentir mucho mejor… como: brilla diamante loco… es necesario que en nuestras vidas se complementen con sonidos que hacen bribar el corazón… con algunos sentimientos de nostalgia… otros simplemente son subliminales que pueden hacer que vueles muy alto… observar a lo lejos la belleza de las cosas simples… un árbol que representa años de personas apoyadas en el… parejas acariciándose…niños jugando a su alrededor… muchas cosas que no podría dejar de admirar, porque quizá toda esa mierda que uno ve diariamente es porque mucha gente no ve lo hermoso de poder vivir.. .respirar… estar sano…estar vivo en el ahora…

Quizá no creo en un Dios que me esta esperando en un paraíso… si es que aprueba mi comportamiento en vida… quiero, anhelo, trato… y en parte me siento que mi Edén es el ahora…y seguiré luchando porque sentirme feliz día tras día… y que mi hijo observe que la felicidad es algo que se lleva por dentro… y que se puede entregar a los demás… aunque exista mucha gente que no lo entiende…

THE SOUND OF MUSIC IN MY EARS DISTANT BELLS, NEW MOWN GRASS SMELLS SO SWEET BY THE RIVER HOLDING HANDS ROLL ME UP AND LAY ME DOWN AND IF YOU SIT DONT MAKE A SOUND PICK YOUR FEET UP OFF THE GROUND AND IF YOU HEAR AS THE WARM NIGHT FALLS THE SILVER SOUND FROM A TIME SO STRANGE SING TO ME, SING TO ME
CHILDRENS LAUGHTER IN MY EARS THE LAST SUNLIGHT DISAPPEARS
BBX2

viernes, junio 18, 2010

Una tarde en stgo...


Imbecil...

"La palabra imbécil la heredamos de los griegos (im: con, báculo: bastón), quienes la usaban para llamar a aquellos que vivían apoyándose sobre los demás, los que dependían de alguien para poder caminar.
Y no estoy hablando de individuos transitoriamente en crisis, de heridos y enfermos, de discapacitados genuinos, de débiles mentales, de niños ni de jóvenes inmaduros. Éstos viven, con toda seguridad, dependientes, y no hay nada de malo ni de terrible en esto, porque naturalmente no tienen la capacidad ni la posibilidad de dejar de serlo.
Pero aquellos adultos sanos que sigan eligiendo depender de otros se volverán, con el tiempo, imbéciles sin retorno. Muchos de ellos han sido educados para serlo, porque hay padres que liberan y padres que imbecilizan.
Hay padres que invitan a los hijos a elegir devolviéndoles la responsabilidad sobre sus vidas a medida que crecen, y también padres que prefieren estar siempre cerca “Para ayudar”, “Por si acaso”, “Porque él (cuarenta y dos años) es tan ingenuo” y “Porque ¿para qué está la plata que hemos ganado si no es para ayudar a nuestros hijos?”.
Esos padres morirán algún día y esos hijos van a terminar intentando usarnos a nosotros como el bastón sustituyente.
No puedo justificar la dependencia porque no quiero avalar la imbecilidad.

Siguiendo el análisis propuesto por Fernando Savater, existen distintas clases de imbéciles.

Los imbéciles intelectuales, que son aquellos que creen que no les da la cabeza (o temen que se les gaste si la usan) y entonces le preguntan al otro: ¿Cómo soy? ¿Qué tengo que hacer? ¿Adónde tengo que ir? Y cuando tienen que tomar una decisión van por el mundo preguntando: “Vos ¿qué harías en mi lugar?”. Ante cada acción construyen un equipo de asesores para que piense por ellos. Como en verdad creen que no pueden pensar, depositan su capacidad de pensar en los otros, lo cual es bastante inquietante. El gran peligro es que a veces son confundidos con la gente genuinamente considerada y amable, y pueden terminar, por confluyentes, siendo muy populares. (Quizás deba dejar aquí una sola advertencia: Jamás los votes.)

Los imbéciles afectivos son aquellos que dependen todo el tiempo de que alguien les diga que los quiere, que los ama, que son lindos, que son buenos.
Son protagonistas de diálogos famosos:

—¿Me querés?
—Sí, te quiero...
—¿Te molestó?
—¿Qué cosa?
—Mi pregunta.
—No, ¿por qué me iba a molestar?
—Ah... ¿Me seguís queriendo?

(¡Para pegarle!)

Un imbécil afectivo está permanentemente a la búsqueda de otro que le repita que nunca, nunca, nunca lo va a dejar de querer. Todos sentimos el deseo normal de ser queridos por la persona que amamos, pero otra cosa es vivir para confirmarlo.

Los varones tenemos más tendencia a la imbecilidad afectiva que las mujeres. Ellas, cuando son imbéciles, tienden a serlo en hechos prácticos, no afectivos.
Tomemos mil matrimonios separados hace tres meses y observemos su evolución. El 95% de los hombres está con otra mujer, conviviendo o casi. Si hablamos con ellos dirán:
—No podía soportar llegar a mi casa y encontrar las luces apagadas y nadie esperando. No aguantaba pasar los fines de semana solo.
El 99% de las mujeres sigue viviendo sola o con sus hijos. Hablamos con ellas y dicen:
—Una vez que resolví cómo hacer para arreglar la canilla y que acomodé el tema económico, para qué quiero tener un hombre en mi casa, ¿para que me diga “traéme las pantuflas, mi amor”? De ninguna manera.
Ellas encontrarán pareja o no la encontrarán, desearán, añorarán y querrán encontrar a alguien con quien compartir algunas cosas, pero muy difícilmente acepten a cualquiera para no sentir la desesperación de “la luz apagada”. Eso es patrimonio masculino.

Y por último...
Los imbéciles morales, sin duda los más peligrosos de todos. Son los que necesitan permanentemente aprobación del afuera para tomar sus decisiones.
El imbécil moral es alguien que necesita de otro para que le diga si lo que hace está bien o mal, alguien que todo el tiempo está pendiente de si lo que quiere hacer corresponde o no corresponde, si es o no lo que el otro o la mayoría harían. Son aquellos que se la pasan haciendo encuestas sobre si tienen o no tienen que cambiar el auto, si les conviene o no com-prarse una nueva casa, si es o no el momento ade-cuado para tener un hijo.
Defenderse de su acoso es bastante difícil; se puede probar no contestando a sus demandas sobre, por ejemplo, cómo se debe doblar el papel higiénico; sin embargo, creo que mejor es... huir.

Cuando alguno de estos modelos de dependencia se agudiza y se deposita en una sola persona del entorno, el individuo puede llegar a creer sinceramente que no podría subsistir sin el otro. Por lo tanto, empieza a condicionar cada conducta a ese vínculo patológico al que siente a la vez como su salvación y su calvario. Todo lo que hace está inspirado, dirigido, producido o dedicado a halagar, enojar, seducir, premiar o castigar a aquel de quien depende.
Este tipo de imbéciles son los individuos que modernamente la psicología llama COdependientes.
Un codependiente es un individuo que padece una enfermedad similar a cualquier adicción, diferenciada sólo por el hecho (en realidad menor) de que su “droga” es un determinado tipo de personas o una persona en particular.
Exactamente igual que cualquier otro síndrome adictivo, el codependiente es portador de una personalidad proclive a las adicciones y puede, llegado el caso, realizar actos casi (o francamente) irracionales para proveerse “la droga”. Y como sucede con la mayoría de las adicciones, si se viera bruscamente privado de ella podría caer en un cuadro, a veces gravísimo, de abstinencia.
La codependencia es el grado superlativo de la dependencia enfermiza. La adicción queda escondida detrás de la valoración amorosa y la conducta dependiente se incrusta en la personalidad como la idea: “No puedo vivir sin vos”.

Siempre alguien argumenta:
—...Pero, si yo amo a alguien, y lo amo con todo mi corazón, ¿no es cierto acaso que no puedo vivir sin él?
Y yo siempre contesto:
—No, la verdad que no.

La verdad es que siempre puedo vivir sin el otro, siempre, y hay dos personas que deberían saberlo: yo y el otro. Me parece horrible que alguien piense que yo no puedo vivir sin él y crea que si decide irse me muero... Me aterra la idea de convivir con alguien que crea que soy imprescindible en su vida.
Estos pensamientos son siempre de una manipulación y una exigencia siniestras.

El amor siempre es positivo y maravilloso, nunca es negativo, pero puede ser la excusa que yo utilizo para volverme adicto.
Por eso suelo decir que el codependiente no ama; él necesita, él reclama, él depende, pero no ama.

Sería bueno empezar a deshacernos de nuestras adicciones a las personas, abandonar estos espacios de dependencia y ayudar al otro a que supere los propios.
Me encantaría que la gente que yo quiero me quiera; pero si esa gente no me quiere, me encantaría que me lo diga y se vaya (o que no me lo diga pero que se vaya). Porque no quiero estar al lado de quien no quiere estar conmigo...
Es muy doloroso. Pero siempre será mejor que si te quedaras engañándome.

Dice Antonio Porchia en su libro Voces:
“Han dejado de engañarte, no de quererte, y sufres como si hubiesen dejado de quererte”.
Claro, a todos nos gustaría evitar la odiosa frustración de no ser queridos. A veces, para lograrlo, nos volvemos neuróticamente manipuladores: Manejo la situación para poder engañarme y creer que me seguís queriendo, que seguís siendo mi punto de apoyo, mi bastón.
Y empiezo a descender. Me voy metiendo en un pozo cada vez más oscuro buscando la iluminación del encuentro.
El primer peldaño es intentar transformarme en una necesidad para vos.
Me vuelvo tu proveedor selectivo: te doy todo lo que quieras, trato de complacerte, me pongo a tu disposición para cualquier cosa que necesites, intento que dependas de mí. Trato de generar una relación adictiva, reemplazo mi deseo de ser querido por el de ser necesitado. Porque ser necesitado se parece tanto a veces a ser querido... Si me necesitás, me llamás, me pedís, me delegás tus cosas y hasta puedo creer que me estás queriendo.

Pero a veces, a pesar de todo lo que hago para que me necesites,
vos no parecés necesitarme. ¿Qué hago? Bajo un escalón más.
Intento que me tengas lástima...
Porque la lástima también se parece un poco a ser querido...
Así, si me hago la víctima (Yo que te quiero tanto... y vos que no me querés...), quizás...

Este camino se transita demasiado frecuentemente. De hecho,
de alguna manera todos hemos pasado por este jueguito. Quizá no tan insistentemente como para dar lástima, pero quién no dijo:
“¡Cómo me hacés esto a mí!”
“Yo no esperaba esto de vos, estoy tan defraudado... estoy tan dolorido...”
“No me importa si vos no me querés... yo sí te quiero”.

Pero la bajada continúa...
¿Y si no consigo que te apiades de mí? ¿Qué hago? ¿Soporto tu indiferencia?...
¡Jamás!
Si llegué hasta aquí, por lo menos voy a tratar de conseguir que me odies.

A veces uno se saltea alguna etapa... baja dos escalones al mismo tiempo y salta de la búsqueda de volverse necesario directamente al odio, sin solución de continuidad. Porque, en verdad, lo que no soporta es la indiferencia.

Y sucede que uno se topa con gente mala, tan mala que...¡ni
siquiera quiere odiarnos! Qué malas personas, ¿verdad?
Quiero que aunque sea me odies y no lo consigo.
Entonces... Estoy casi en el fondo del pozo. ¿Qué hago?
Dado que dependo de vos y de tu mirada, haría cualquier cosa para no tener que soportar tu indiferencia. Y muchas veces bajo el último peldaño para poder tenerte pendiente:
Trato de que me tengas miedo.
Miedo de lo que puedo llegar a hacer o hacerme (fantaseando dejarte culpable y pensándome...)
Podríamos imaginar a Glenn Close diciéndole a Michael Douglas en la película “Atracción fatal”:
—Si no pude conseguir sentirme querida ni necesitada, si te negaste a tenerme lástima y ocuparte de mí por piedad, si ni siquiera conseguí que me odies, ahora vas a tener que notar mi presencia, quieras o no, porque a partir de ahora voy a tratar de que me temas.

Cuando la búsqueda de tu mirada se transforma en dependencia, el amor se transforma en una lucha por el poder. Caemos en la tentación de ponernos al ser-vicio del otro, de manipular un poco su lástima, de darle bronca y hasta de amenazarlo con el abandono, con el maltrato o con nuestro propio sufrimiento...

Volveremos a hablar de este tema cuando lleguemos a El camino del encuentro, pero me parece importante dejar escrito aquí que, sin importar la gravedad de este cuadro, sucede con él lo mismo que con las restantes adicciones:
Tomando como única condición el deseo sincero de superar la adicción, la codependencia se trata y se cura.

La propuesta es:

Abandonar TODA dependencia"

viernes, junio 04, 2010

El mundo es un manicomio...

El mundo es un manicomio donde todos los insanos deambulamos por las calles creyéndonos personas normales,... pero la normalidad esta parametrizada de alguna forma por la sociedad que consume la genialidad, ya que normal es: nacer - crecer - estudiar - enamorarse -casarse - tener hijos - dar buenos estudios a los mismos - envejecer hasta morir...

A veces me siento como Alice Gould, ya que creo q era mas feliz viviendo en su mundo y su realidad, que a pesar de su demencia se gano el respeto de todos en este manicomio...

Pero finalmente solo es otro renglón torcido, de un dios ausente y más bien onírico...

"acepto su proposición con el fin de probar el sabor de sus labios... que quizá no sean los mas dulces para todo el mundo,.. Pero para ella siempre serán sabrosos y jugosos... y con un pequeño hedor de su intimidad..."

Esta probado lo erróneo de la vida y de la razón en creer que es pieza fundamental en nuestras conciencias... mas bien permanece ajena a nosotros, como un tímido recuerdo del presente....

"We walk ourselves weary, you and I There's just this moment"...

Como se puede vivir una Linda realidad a 100 kilometros de distancia?
Como se puede vivir con algo irreal aca en mi hito cero?...

Nada mas que los dementes podran soportarlo… por lo que el tiempo es relativo en las diferentes realidades….

Un largo y profundo suspiro…

BBX2

miércoles, junio 02, 2010

smile...

Would this do to make it all right
While sleep has taken you where I'm out of sight

I'll make my getaway
Time on my own
Search for a better way
To find my way home to your smile

Wasting days and days on this fight
Always down, and up half the night
Hopeless to reminisce through the dark hours
We'll only sacrifice what time will allow us
You're sighing...

All alone though you're right here
How it's time to go from your sad stars

I'll make my getaway
Time on my own
Leaving's a better way
To find my way home to your smile
BBX2